© Simone Guerron

Al norte de Quito, la capital ecuatoriana, se alza el volcán Pichincha, formación montañosa que  domina la ciudad y que la cubrió de ceniza por última vez en 1999. Es precisamente este colosal volcán el que inspiró el nombre de la provincia de Pichincha, que forma parte de Quito.

El volcán se compone en realidad de dos picos distintos, el Rucu Pichincha (conocido como “Pichincha Viejo” en quechua), con una altura de 4.698 m.s.n.m, y el Guagua Pichincha (conocido como “Pichincha Niño“, que se alza a 4784 m.s.n.m. Este último es el más “pequeño” de los dos, ya que es asequible directamente desde el teleférico de Quito.

Aquí y allá, el sendero solía ser bastante peligroso, con bandas que merodeaban por la montaña, tomando por sorpresa a los turistas. Al ver que el ascenso a este volcán era cada vez más popular entre los turistas, el gobierno ecuatoriano ha decidido realizar un trabajo cuyo objetivo es hacer la zona más segura, esto último ha permitido que ahora se pueda caminar con más seguridad en la zona.

Al norte de Quito, la capital ecuatoriana, se alza el volcán Pichincha, formación montañosa que  domina la ciudad y que la cubrió de ceniza por última vez en 1999. Es precisamente este colosal volcán el que inspiró el nombre de la provincia de Pichincha, que forma parte de Quito. El volcán se compone en realidad de dos picos distintos, el Rucu Pichincha (conocido como "Pichincha Viejo" en quechua), con una altura de 4.698 m.s.n.m, y el Guagua Pichincha (conocido como "Pichincha Niño", que se alza a 4784 m.s.n.m. Este último es el más "pequeño" de los dos, ya que es asequible directamente desde el teleférico de Quito. Aquí y allá, el sendero solía ser bastante peligroso, con bandas que merodeaban por la montaña, tomando por sorpresa a los turistas. Al ver que el ascenso a este volcán era cada vez más popular entre los turistas, el gobierno ecuatoriano ha decidido realizar un trabajo cuyo objetivo es hacer la zona más segura, esto último ha permitido que ahora se pueda caminar con más seguridad en la zona. El camino hacia el volcán es bastante fácil de encontrar, simplemente se debe seguir el camino que posee una hermosa vista de Quito a su derecha, y de pronto podrá observar la presencia del Volcán Pichincha. El camino es claramente visible, sólo hay que seguir las huellas donde la vegetación ha desaparecido debido al paso de los turistas (Sin embargo, este camino a veces se vuelve menos claro a medida que uno se acerca a la cumbre). Al principio, el camino sube y luego baja, pasando por unas colinas cubiertas de hierba desde las que se puede disfrutar de una impresionante vista de Quito, que ocupa todo el valle. Ya en este punto te das cuenta de que la caminata no va a ser un simple paseo. La altitud ya supera los 4100 m.s.n.m y la respiración es difícil. Poco a poco, el paisaje se vuelve más rocoso, salvaje y austero. A medida que se gana altura, las condiciones meteorológicas empeoran, el viento se hace más fuerte, las nubes golpean la cara y el oxígeno falta cruelmente. Al cabo de un rato, la ruta de senderismo se convierte en un recorrido de escalada. Es un poco desorientador cuando has estado siguiendo un camino claro hasta ahora para de repente encontrarte con rocas que bloquean tu camino. En ese preciso momento te preguntas si debes rodearlas o escalarlas... La respuesta es sí… hay que escalarlas... En el momento en que se empieza a subir por las paredes rocosas es una señal de que la cumbre no está lejos. De pronto, ¡ la pendiente se vuelve realmente empinada! se agudizan las dificultades respiratorias porque ahora estamos a 4500 m.s.n.m. y caminar se vuelve muy difícil. A esta altura nos obligamos a dar solo 10 pasos para luego tomar un descanso. Luego, 10 pasos más, y de nuevo una pausa para recuperar el aliento. A pesar de las dificultades, llegar a la cima es una gran sensación. La falta de oxígeno se desvanece y es sustituida por la alegría, te sientes realmente orgulloso de no haberte rendido. Cuando se está en la cima uno no puede sino sentir la alegría de volver a pisar terreno llano.  Consejo: ¿Cómo prepararse para la altitud? Para todos los viajeros les aconsejo que se queden en Quito al menos dos o tres días antes de intentar escalar la montaña, para que su cuerpo produzca suficientes glóbulos rojos. Sería incluso mejor visitar algunos lugares de los alrededores de Quito a mayor altura, para estimular realmente el proceso de aclimatación. Además, esta excursión debería realizarse por las mañanas, ya que el tiempo suele ser malo en la tarde. Aconsejo encarecidamente estar preparado para subir en cuanto se abra el teleférico, ya que así tendrá más posibilidades de disfrutar del buen tiempo y de una gran vista desde la cima.  Que tengan un buen viaje!

© Simone Guerron

El camino hacia el volcán es bastante fácil de encontrar, simplemente se debe seguir el camino que posee una hermosa vista de Quito a su derecha, y de pronto podrá observar la presencia del Volcán Pichincha. El camino es claramente visible, sólo hay que seguir las huellas donde la vegetación ha desaparecido debido al paso de los turistas (Sin embargo, este camino a veces se vuelve menos claro a medida que uno se acerca a la cumbre).

Al principio, el camino sube y luego baja, pasando por unas colinas cubiertas de hierba desde las que se puede disfrutar de una impresionante vista de Quito, que ocupa todo el valle. Ya en este punto te das cuenta de que la caminata no va a ser un simple paseo. La altitud ya supera los 4100 m.s.n.m y la respiración es difícil.

Poco a poco, el paisaje se vuelve más rocoso, salvaje y austero. A medida que se gana altura, las condiciones meteorológicas empeoran, el viento se hace más fuerte, las nubes golpean la cara y el oxígeno falta cruelmente.

Al cabo de un rato, la ruta de senderismo se convierte en un recorrido de escalada. Es un poco desorientador cuando has estado siguiendo un camino claro hasta ahora para de repente encontrarte con rocas que bloquean tu camino. En ese preciso momento te preguntas si debes rodearlas o escalarlas… La respuesta es síhay que escalarlas

En el momento en que se empieza a subir por las paredes rocosas es una señal de que la cumbre no está lejos. De pronto, ¡ la pendiente se vuelve realmente empinada! se agudizan las dificultades respiratorias porque ahora estamos a 4500 m.s.n.m. y caminar se vuelve muy difícil. A esta altura nos obligamos a dar solo 10 pasos para luego tomar un descanso. Luego, 10 pasos más, y de nuevo una pausa para recuperar el aliento.

A pesar de las dificultades, llegar a la cima es una gran sensación. La falta de oxígeno se desvanece y es sustituida por la alegría, te sientes realmente orgulloso de no haberte rendido. Cuando se está en la cima uno no puede sino sentir la alegría de volver a pisar terreno llano.

Consejo: ¿Cómo prepararse para la altitud?

Para todos los viajeros les aconsejo que se queden en Quito al menos dos o tres días antes de intentar escalar la montaña, para que su cuerpo produzca suficientes glóbulos rojos. Sería incluso mejor visitar algunos lugares de los alrededores de Quito a mayor altura, para estimular realmente el proceso de aclimatación.

Además, esta excursión debería realizarse por las mañanas, ya que el tiempo suele ser malo en la tarde. Aconsejo encarecidamente estar preparado para subir en cuanto se abra el teleférico, ya que así tendrá más posibilidades de disfrutar del buen tiempo y de una gran vista desde la cima.

 Que tengan un buen viaje! 

© Simone Guerron

Thierry Singer de Polignac

Thierry Singer de Polignac

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