La “loca geografía” chilena ha sido desde tiempos inmemoriales fuentes de inspiración de músicos, literatos y poetas. Esta larga y angosta faja de tierra cuenta con más de 4.000 km de largo y una amplia variedad de climas, flora y fauna. Un fragmento de este capricho natural llamado Chile es lo que se han propuesto abordar los miembros del Colectivo Liquen Audiovisual en el cortometraje Andes, Ciudad, Costa, ganador del festival de cine documental Spaesamenti (Italia, 2021) del Festival de Cine de Los Llanos (Venezuela, 2021), y nominado a mejor filme documental en el festival internacional de Menorca (España, 2021). Este corto documental realiza un vertiginoso recorrido que nos lleva desde Este a Oeste por los valles de la zona central de Chile, desde la Cordillera de los Andes, sus altas cumbres y glaciares milenarios, pasando por la ciudad de Santiago de Chile y los valles aledaños, hasta el imponente Océano Pacífico. En este recorrido audiovisual el agua es el protagonista, los ríos y afluentes de las altas cumbres nevadas de la Cordillera de los Andes que desembocan finalmente en el mar en un ciclo presente a lo largo de todo el territorio chileno y que es el responsable de su biodiversidad.
Un largo recorrido cinematográfico: 7 años en 30 minutos
Andes, Ciudad y Costa, es un viaje de aproximadamente 30 minutos por un sin número de paisajes rurales y urbanos acompañados de un trabajo de montaje sonoro excepcional en el que tanto el sonido de las maquinarias de la ciudad como el de las aves son acompañadas de una música incidental precisa y evocadora. Este trabajo audiovisual es el resultado de 7 años de trabajo y, por lo tanto, el resultado de un arduo proceso de selección entre horas y horas de imágenes y sonidos, un corpus documental extenso que es el reflejo de una naturaleza que hoy en día se encuentra ad-portas de su desaparición.
La contemplación y “un sentir la imagen”
Walter Thompson, miembro del Colectivo Liquen, nos comenta que ellos han practicado el registro documental audiovisual desde un horizonte “instintivo” y como “una apuesta a futuro” desarrollando un lenguaje cinematográfico propio en un proceso que se vale del ensayo y del error para constituirse. En este sentido, Andes, Ciudad, Costa nos invita a sumergirnos nuevamente en un cine de la contemplación, una bandera de resistencia en la era del contenido audiovisual exprés y de rápido consumo que a ratos hace guiños al cine de los directores Alastair Fothergill y Ron Fricke, pero desde un enfoque diferente, haciendo énfasis en la grandeza de los pequeños detalles. Al respecto Walter Thompson nos comenta: “[es importante] entender el cine documental como algo histórico, algo de memoria, un sentir la imagen. Uno no hace algo por que sí o porque es algo de moda, sino porque es algo realmente importante construir a través del registro de la memoria histórica”.
El valor de estas imágenes en un Chile en crisis hídrica
El documental Andes, ciudad, costa que en el pasado se presentó como una gran apuesta a futuro está hoy dando sus frutos. Con un registro único del patrimonio natural de la zona central de Chile que hoy en día está desapareciendo poco a poco por la acción del hombre y el cambio climático -lugares como, por ejemplo; el glaciar San Francisco, el Parque Nacional La Campana y el humedal de Los Molles, hoy en día se encuentran en peligro-, en lo que representa para Chile una crisis hídrica sin precedentes en su historia que amenaza con afectar tanto a la flora y la fauna silvestre como a la población civil.
En conclusión, Andes, Ciudad, Costa es una invitación a sumergirse en el paisaje y en el valor del agua a través de imágenes y sonidos que nos demuestran las texturas e importancia del detalle y las consecuencias del cambio climático, sin lugar a duda, un material documental invaluable para los arqueólogos del futuro y hoy disponible de manera gratuita para todo el mundo en la plataforma online https://ondamedia.cl/.
Eduardo Muñoz Sereño
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