“La llorona” de Jayro Bustamante – Créditos: Nicolás Wong

El mito de la Llorona es una misteriosa leyenda nacida en América Latina, dentro de la civilización azteca. Esta leyenda, que apareció durante la colonización, se extendió en México. Sin embargo, tiene muchos orígenes y es muy complicado saber dónde se creó realmente. Era una leyenda que se transmitía de forma oral, y no hay ninguna prueba escrita de su aparición. Son mitos como el de la Llorona que fascinaron a los aztecas y que siguen fascinando nuestra sociedad moderna.

Los orígenes de la Llorona

El mito de la Llorona cuenta la historia del fantasma de una madre afligida y llena de culpabilidad, que llora la muerte de sus hijos en las calles. Según varias versiones, a veces se cuenta que los chicos se perdieron, a veces que fue la Llorona la que los ahogó. Durante la noche, la Llorona, los busca por los ríos, los lagos, y las calles.

En el decimosexto siglo, los habitantes de Tenochtitlán, la capital del pueblo azteca, a menudo eran despertados en la noche por los lamentos de una mujer. Cuando se escuchaban aquellos lamentos, las calles se llenaban de una niebla densa y podían percibir, a través de la niebla, la silueta de una mujer que llora. Estaba vestida de blanco, con un velo que escondía su cara. Deambulaba en las calles, y siempre interrumpía su camino en la plaza principal de la ciudad, la plaza Zócalo. Se arrodillaba, giraba su cara hacia el Este, y seguía caminando. Cuando un habitante decidía llegar a hablar con ella, le descubría secretos increíbles, pero moría instantáneamente sin poder contárselo a nadie.

Existen algunas hipótesis sobre los orígenes de la Llorona, como por ejemplo, el mito de la diosa azteca de la maternidad y de la fertilidad, Chihuacóatl, quien abandonó a su hijo, el dios Mixcoatl, en un cruce callejero. Así, a menudo vuelve a este cruce, llena de culpabilidad,  para llorar a su hijo perdido.

Estos mitos sobre la llorona fascinaron a personas de varias culturas. Así, es una leyenda que se sigue contando a los niños mexicanos para que no caminen en la oscuridad.

 Créditos: Manuel Meurisse

La adaptación del mito por el productor de cine Jayro Bustamante

Hoy en día, los cuentos de la Llorona siguen existiendo gracias a las artes, como la poesía, el teatro, la literatura y el cine.

Jayro Bustamante, director, guionista y productor de cine guatemalteco, fue uno de los que llevó la leyenda de la Llorona al cine. Su película La Llorona vuelve a contar la antigua leyenda dándole un giro social y político. La película narra la historia de la familia de un dictador guatemalteco; el general Enrique Monteverde, demandado por crímenes de guerra, el genocidio del pueblo Maya-ixil. Aquí, la Llorona, desempeñada por Alma, la nueva criada, atormenta al general responsable de la muerte de sus dos hijos.

A través de su adaptación, Jayro Bustamante reinventó el personaje de la Llorona para transformarlo en una justiciera, en una Madre Tierra que llora la muerte de sus hijos desaparecidos. En su película, deja de ser una mujer matricida, abandonada por un hombre como en el mito inicial. Se transforma en un espíritu vengador de sus dos hijos y, de forma más amplia, del pueblo maya al que pertenecían.

La llorona como símbolo latino-americano fue utilizado por el productor guatemalteco para denunciar la colonización, y sobre todo el genocidio que ocurrió entre 1982 y 1983.

Por aquel entonces, 1771 indígenas Maya-Ixil fueron asesinados por el dictador guatemalteco, el general Rios Montt. Así, la Llorona es una película en la que se entremezclan el relato histórico y el drama fantástico. Las víctimas se perciben por sus ausencias. Sin embargo, durante la noche, sus fantasmas atormentan a la familia Monteverde, como símbolo de culpabilidad.

Jayro Bustamante cuestiona: ¿cómo vengarse de un genocidio? Así, parece que cuando la justicia ya no funciona, los últimos recursos son la magia, la religión, las creencias. El productor quiere que entendamos el racismo sistémico, que existe hacia el pueblo Maya desde la colonización, y  sus terribles consecuencias.

Al final, esta película es otra interpretación de la leyenda, que permite mantenerla vigente. Ya que sin evolucionar, se olvida un relato.

Bornot Jeanne y Rath Ellen

Bornot Jeanne y Rath Ellen

Estudiante de tercer año en Sciences Po Grenoble / estudiante internacional de intercambio universitario

Bajo la dirección de Berrakama Sonia, profesora de español en Sciences Po Grenoble