La vista magistral desde el Rainforest Resort © M. Sandefur

Un poco de historia

Surgido hace más de 3 millones de años, el istmo de Panamá unió Norteamérica y Sudamérica y creó un puente migratorio para animales y plantas. Al dividir un océano en dos partes, también creó el Mar Caribe y el Océano Pacífico Oriental Tropical, cada uno con un ecosistema marino único.

Tras la conquista española, el istmo de Panamá entró en una nueva era de su historia, convirtiéndose en la ruta más rápida para aquellos hombres que dieron forma al ritmo del progreso: primero, trazando un sendero llamado el Camino de Cruces (siglo XVI), luego, construyendo un ferrocarril (siglo XIX) y, por último, el Canal de Panamá (siglo XX).

Las mil y una maravillas de un país muy preservado, Panamá

Mapa del istmo de Panama, in « Histoire de l’Isle espagnole ou de S. Domingue », 1730 © Brandon Frie

Al mismo tiempo, la selva tropical fascinaba a la gente y fue documentada en el siglo XIX por Alexander Von Humboldt y Aimé Bonpland, durante su viaje a América (1799-1804). Para Humboldt, se trataba de « descubrir la interacción de las fuerzas de la naturaleza y las influencias del entorno geográfico sobre la vida vegetal y animal ». En este contexto, cuando Estados Unidos se hizo cargo de la construcción del Canal de Panamá en 1910, se pidió a los biólogos del Instituto Smithsonian de Investigaciónes Tropicales (STRI) que realizarán un inventario de la flora y fauna de la zona del Canal. Asombrados por la concentración de animales y plantas en un área tan estrecha como el istmo de Panamá, los biólogos americanos permanecieron en Panamá bastante tiempo después de la finalización del Canal para continuar sus investigaciones a petición del presidente panameño Pablo Arosemena.
Las mil y una maravillas de un país muy preservado, Panamá

El canal de Panamá © J. Gallego

Una naturaleza espectacular

Hoy, el país cuenta con un museo dedicado a la historia del surgimiento del istmo de Panamá y su impacto : el museo de la biodiversidad. Convertido en visita obligada para los visitantes extranjeros, el museo cuenta con ocho « salas de las maravillas », siendo « Panamarama » la más espectacular que sumerge al visitante en las riquezas naturales del país a través del sonido y la imagen.

Esta riqueza natural está compuesta por una gran variedad de ecosistemas como bosques tropicales (57 % del territorio), manglares (1 774 km2), arrecifes de coral (770 km2) que generan numerosos hábitats para una gran diversidad de especies.

Como resultado, Panamá (con una superficie de 75 000 km2) alberga el 9 % de las especies de aves conocidas en el mundo, el 2,3 % de los reptiles, el 4,8 % de los mamíferos, el 3,2 % de las plantas con flores y el 7,1 % de los helechos y líquenes del mundo.

Las mil y una maravillas de un país muy preservado, Panamá

Los manglares de Bocas del Toro, en el sud de Isla Colón © R.Willaert

Consciente de su riqueza natural, Panamá adoptó pronto una política de estado de protección del medio ambiente, en primer lugar por las necesidades de agua de lluvia del Canal, mediante la asignación de tierras autónomas (30 % del territorio nacional) a comunidades amerindias que participan en la protección de la naturaleza y, por último, mediante la creación de áreas protegidas. Actualmente, estas representan el 31,8 % de la superficie terrestre y el 13,5 % de las áreas marinas, es decir, más del 40 % del territorio. En conclusión, Panamá tiene hoy una huella de carbono negativa y continua ampliando sus zonas protegidas mientras que forma alianzas con estados o entidades privadas como Sea Shepherd Legal para garantizar su protección. Además, está política se apoya sobre una sensibilización de los turistas que suelen llegar entre julio y octubre para contemplar a las ballenas jorobadas y a sus crías, en las cálidas aguas del Pacífico.  Más adelante, entre julio y enero, en la zona protegida de la Isla Cañas, con sus 3 000 hectáreas de manglares (una auténtica guardería para múltiples especies marinas y terrestres), se puede observar la puesta de huevos de cinco especies de tortugas, incluida la tortuga golfina (especie en peligro de extinción).
Las mil y una maravillas de un país muy preservado, Panamá

La tortuga golfina, una especie en peligro de extincíon © A. Broux

Durante todo el año, es posible ver a monos capuchinos en su entorno natural desde el Gamboa Rainforest Reserve (situado en la zona del Canal) que también cuenta con un santuario de perezosos. En cuanto a las aves, existen sitios dedicados a su observación en todo el territorio (zona del Canal, El Valle, Cerro Punta, etc.).

Panamá es fácil de explorar debido a su pequeño tamaño, pero también gracias a una infraestructura terrestre moderna y segura para el transporte de mercancías y turistas que recorren el país en coche o autobús (desde la terminal internacional de Albrook, en Ciudad de Panamá).

Maravillados por la belleza de la biodiversidad, los turistas se sentirán igualmente seducidos por la riqueza cultural de los panameños de origen amerindio, afrocaribeño, europeo y mestizo.

 

Mariana Pereira

Mariana Pereira

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