© Artivistas – Paula Fortaleza, fundadora de la galería Artivistas
Estos últimos años, en los diversos contextos políticos y económicos de los países latinoamericanos, observamos una variedad de corrientes artísticas floreciendo, todas basadas en una idea en común: el arte es política, el arte es lucha. Es lo que Paula Forteza quiso transmitir cuando, hace más de un año, fundó la galería Artivistas en París, permitiendo la representación de muchos artistas del otro lado del charco. Nos abrió las puertas de este hermoso lugar, para poder retratar la contemporaneidad de este fenómeno.
Artivismo: cuando el arte es lucha
¿Qué valor tendrían nuestras reivindicaciones, si solo existiese una forma para expresarlas? ¿Qué sentido tendrían nuestras luchas, sin la multitud de representaciones adaptadas a la sensibilidad de cada uno? Muchas veces, el arte, en su pluralidad, aparece como la respuesta a esas preguntas, y asumir que tiene un propósito profundamente político tiene un nombre: el artivismo. Este neologismo compuesto de las palabras «arte» y «activismo» redefine la posición ocupada por el arte en nuestras sociedades. Heredero directo del arte urbano, tiene ese carácter reivindicativo que permite, debido a su radicalidad, alertar sobre causas específicas, a través de técnicas artísticas nuevas o reinventadas. Es difícil atribuirle un origen único y fijo, ya que apareció en muchos sitios de manera natural en momentos claves de crisis políticas o revueltas sociales. Pero si se puede notar la importancia que ha tomado en ciertas regiones en momentos precisos. Si «siempre se puede decir que todo es político» afirmó Paula Forteza, como «las relaciones personales, el cuerpo, la cultura», ella y su equipo de la galería Artivistas han tratado de «mostrar un movimiento artístico-cultural particular que empezó en América Latina alrededor de los años 70, en un contexto post-dictatorial en la región, después las diferentes crisis económicas y políticas, retratando los combates para defender los derechos de los pueblos autóctonos, los derechos de las mujeres… Todo eso forjó un tipo de artista muy comprometido, que forma parte de los movimientos sociales».
Hija de una madre artista, y también ex-diputada de los franceses de América Latina y del Caribe, Paula Forteza tomó la decisión de asociar arte y política, teniendo como perspectiva la defensa de causas que la movilizan «la ecología, el feminismo, la democracia, los derechos humanos», y con la intención de volverlos «accesibles al gran público»: «Buscando lenguajes, una manera de sensibilizar a la gente… Me dije que a través del arte podía ser interesante».
Así emergió el proyecto Artivistas, en el distrito 10 de París, «armando este vínculo entre arte y políticas públicas». La capital francesa cuenta con pocas representaciones del arte latinoamericano, a pesar de la presencia de varias comunidades latinas, que agradeció la iniciativa de Paula: «Cuando lo lancé, no hice ese cálculo digamos, lo hice porque es algo que tenía dentro, que tenía ganas de expresar. Pero enseguida nos dimos cuenta, porque la gente vino a vernos diciéndonos “que bueno que abrieron” “no había otro lugar así” “había una necesidad…” A los artistas les costaba mucho encontrar lugar donde exponer, porque es un mundo muy cerrado y se ve que había ese vacío (…) Nosotros estamos realmente queriendo identificar los artistas emergentes, jóvenes».
© Artivistas – Cuadro de la artista Sole Otero
La «Latino touch» que rompe los códigos del arte elitista
Enfocándose en el artivismo latinoamericano y no solamente en el arte de esta región, la galería de Paula trae una mirada nueva sobre los propios movimientos sociales expresados, y el mundo del arte en sí mismo. Esa voluntad de romper los códigos se inscribe en la lógica del artivismo: «Otro de los objetivos de la galería es también cambiar los modelos de las galerías parisinas, muy elitistas, un poco cerradas. Lo que quisimos armar era más como un centro cultural, con una programación donde se mezclan las artes, las técnicas, donde queremos representar la cultura latinoamericana en general – este café que tomamos es colombiano, vendemos alfajores, damos clases de tango, conciertos de Bossa Nova, cosas así.» Volver el arte más accesible tiene también la ventaja de educar y sensibilizar, en este caso sobre los movimientos sociales y culturales de América Latina, muchas veces desconocidos o pocos hablados acá en Francia.
Educar y sensibilizar, también es necesario para no caer en la esencialización de América Latina como un lugar de cultura única. Poniendo en su centro la idea de «compartir», la galería Artivistas consigue representar unidad y diversidad a la vez. La interacción que permite la organización de los talleres artísticos (han organizado 20 en un año), las conversaciones y debates que se crean entre visitantes y artistas… todo estos elementos son el reflejo de un lugar donde la gente se puede divertir e informar al mismo tiempo. La diversidad de los artistas representados acá se inscribe en una voluntad de recalcar lo que les une, como nos aseguró Paula: «Lo que queremos mostrar es lo que hay en común, sin borrar esas diferencias, esas riquezas, lo que hay en común nos parece fuerte (…) y nos diferencia también de los franceses y europeos en general».
El resultado: un lugar de interacción socio-cultural alrededor de obras de arte emergentes, con temáticas sociales y políticas fuertes. Hacer que los Latinos se sienten en casa, invitando a los Europeos a descubrir sus culturas, es el mensaje que quiso transmitirnos la fundadora de este sitio: «Enseguida la gente se siente en casa acá. Latinos de cualquier nacionalidad sienten esa calidez, esa apertura, alegría…. cosas que a veces hacen falta en París. […] Y también llama la atención [de los parisinos] esos colores, los mensajes, esa radicalidad, ese talento, esa creatividad también. Así que si tenemos clientes parisinos que vienen a buscar la “Latino touch”. »
En resumen, Artivistas acogió más de 500 obras en un año, pero también conciertos, proyecciones de películas, talleres de arte… Un universo entero por descubrir. Cada mes, la galería propone una nueva exposición, y en este mes de septiembre, pueden asistir a la de Sole Otero, una artista argentina que crea historietas y que acaba de sacar su libro Walicho. A través de sus recuerdos de infancia, e incluyendo muchas referencias a su cultura y su país, la artista trata de temas de sociedad, mezclando muchas técnicas artísticas. Esta exposición es una prueba más de la variedad de arte que está representado en la galería, uno de los objetivos principales de Paula: «Siempre estamos queriendo mostrar que géneros que a veces son denominados como secundarios, underground, de contracultura, también puedan ser considerados como arte.»
© Artivistas – Walicho, historieta de la artista Sole Otero
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Luna Osorio
Escritora