Calle en Madrid © Belén de Lataillade

La consideración de los latinoamericanos en España es un tema que tiene mucha historia dada la relación entre ambos territorios por la «conquista de América». La llegada de los españoles y otros europeos al continente americano supuso una sucesión de guerras y conflictos con el fin de aumentar sus dominios coloniales. Así, se obtuvo una mezcla de culturas y sentimientos encontrados por la violencia, las imposiciones y las consecuencias en las sociedades indígenas.

Para los estudiantes latinoamericanos que llegan a España para estudiar, es una cuestión con la que posiblemente tienen que lidiar: la división entre españoles y latinoamericanos e incluso discriminación. Con el fin de ver la influencia de esta mentalidad en personas jóvenes, a quienes quedan distantes los anteriores sucesos, hemos hablado con tres estudiantes latinoamericanos residentes en la comunidad madrileña. Para preservar su anonimidad, los nombres que aparecen aquí no son reales.

De los tres estudiantes que hemos entrevistado, dos son mexicanas y el tercero venezolano. Ninguno de los tres habían vivido en España antes de venir para sus estudios en Madrid, pero se esperaban discriminación por su nacionalidad, aunque no deforma tan presente. Según el Ayuntamiento de Madrid, la comunidad latinoamericana en Madrid es la más presente de todos los grupos de inmigrantes. Estudios del American Behavioral Scientist muestran que latinoamericanos tienen más probabilidad de identificarse con España en comparación con otros grupos de inmigrantes porque sus culturas son más cercanas.

La experiencia de los estudiantes latinoamericanos en Madrid

La plaza Arturo Barea en Madrid © Belén de Lataillade

«European passing»

Francesco afirma que no ha notado tanta discriminación respecto a este tema, pero esto se puede explicar por el hecho de ser hombre y de tener la nacionalidad italiana también. Además, otra de las entrevistadas afirmó: «Yo no soy un target directo porque soy blanca», en otras palabras, tiene «european passing» (parece europea). Por ello, piensa que la discriminación tiene mucho que ver con el color de piel.

La mayor barrera que marca la diferencia entre españoles y latinoamericanos es el lenguaje. Aunque ambos hablan español, las expresiones y el acento difieren. En muchas ocasiones, los entrevistados han recibido comentarios descarados sobre su manera de hablar español porque no era el «correcto». Sara nos cuenta su experiencia en un bar en el centro de Madrid: «Estaba yo hablando con una amiga, se acerca una persona de España y nos dice ‘¿en qué idioma están hablando?’, y yo digo ‘estoy hablando español’, y dice ‘no, eso no es español’». Su experiencia no es la única. A Camila, le pasó algo similar en un restaurante cuando estaba hablando con una amiga mexicana en «términos mexicanos»: «Un español nos interrumpió y nos preguntó de dónde veníamos,después comenzó a imitarnos, a reírse de nosotras».

Otro modo en el que el lenguaje es la causa de división es el ámbito universitario, donde los entrevistados han sentido que los profesores no les entendían o pretendían no entenderles por sus expresiones o acentos.

Sus experiencias de racismo no se limitan a comentarios sobre su acento o manera de hablar. A veces, son víctimas de racismo más abierto y explícito. En su universidad, Sara cuenta lo que sucedió cuando estaba hablando con un amigo de Venezuela: «Dos niñas (…) de repente empezaron a gritar: ‘¡putos sudacas! ¡putos sudacas!’ (…) Cero te lo imagino en la universidad». Compañeros de Sara que también son latinoamericanos han recibido comentarios que atacan específicamente a la «raza” latinoamericana: que «el mestizaje está terrible” o que las mujeres latinoamericanas no deberían tener hijos con españoles para «no dañar la ‘raza blanca española’».

La experiencia de los estudiantes latinoamericanos en Madrid

Una niña con la bandera española en frente de la estación de Atocha, 12 de octubre de 2022 © Belén de Lataillade

«Fue una invasión, no un encuentro»

Además, respecto al 12 de octubre, el Día de la Hispanidad en España, que conmemora la «conquista de América», los entrevistados tienen su opinión. Los tres coinciden en que la manera de celebrar este día en España no es adecuada con la significación de esta fecha. A Sara, le parece «súper extraño» porque en México se conoce como «el día de la raza». Camila nos dice, «No me parece algo que se debe celebrar porque muchas personas aquí lo celebran con orgullo y yo me pregunto ¿de qué se sienten orgullosos? (..) Sí me parece que tenemos que aceptarlo con ojos de veracidad y darnos cuenta de que lo que pasó fueron hechos sumamente violentos y devastadores para nuestras culturas latinoamericanas». Sara también destaca que le parece fuerte que haya «un país que se identifique con lo que a mi país le da pena todavía». En general, están a favor de la conmemoración de la fecha pero no de la manera en que se festeja, «yo no creo que sea algo que se deba celebrar, es símbolo de genocidio», afirma Sara. Y añade Camila que «fue una invasión, no un encuentro».

Con la experiencia de los entrevistados se ve que ser un joven latinoamericano en Madrid no es fácil, a pesar de que los tres son blancos y de similar clase social. Cabe destacar, por ello, la poca diversidad de los entrevistados, teniendo en cuenta también que dos de ellas proceden del mismo sitio, Ciudad de México. Así, aunque con sus testimonios se pueda saber cómo es ser un latinoamericano que vive en Madrid y lo que ello les condiciona, son una pequeña representación de los inmigrantes que provienen de este continente.

Sofia Muñoz Gomez y Belén de Lataillade

Sofia Muñoz Gomez y Belén de Lataillade