Créditos : JOSE HENRIQUEZ

“Óyeme bien, te voy a regalar una guarachita, para que aprendas del son sonero, dime que pasa que siento un soneo”.[1]

 

Camilo Azuquita se instaló definitivamente en París y rápidamente compuso con su fraseo salsero, varias melodías en homenaje a la ciudad. La primera composición fue «Yo hablo francés», cuenta que ya cumplió un mes y ya puede hablar en francés «A las mamitas les digo cherie, por la mañana bonjour y por la noche bonsoir. Para su segunda composición «París de noche», Camilo invita al maestro de las negras y las blancas Papo Luca, director de la Sonora Ponceña de Puerto Rico. La letra cuenta un viaje hacia la profundidad de la noche salsera, describe los lugares sensibles de la ciudad que lo embrujo. Forma su primera orquesta parisina, «Camilo Azuquita y su melao», esta orquesta acompañará algunos famosos cantantes provenientes de New York y Puerto Rico como Tito Allen, Adalberto Santiago…

 

La primera fiesta de salsa que se hizo en París, cuenta John Jairo Vélez, «Sonido Bestial» fue en el año 1979, donde queda hoy en día el enorme edificio del Instituto del mundo Árabe. “Allí había una escuela, unos salones de clase y en el centro un anfiteatro. Le propusimos al director hacer una fiesta latina y aceptó. La entrada costaba 10 francos y fue un éxito total, tuvimos que cerrar la puerta a la media noche.” Para el año de 1981 se iniciaron una serie de fiestas latinas, en la Escuela Especial de Arquitectura de Raspail. Fue aquí el punto de partida del fenómeno que devendría la Salsa en París. Cada ocho días se hacía una rumba salsera organizada por colombianos, peruanos, dominicanos y con el tiempo hasta los franceses entrarían en el jolgorio.

La historia de la salsa en París – Capítulo 2

Créditos : JOSE HENRIQUEZ

Hacer una fiesta latina, en apariencia era simple, pero no todos sabían hacerlo. En la cabeza del afiche figuraba en grande el nombre del organizador, pues todas las fiesta no tenían la misma calidad, tanto en la música, como en la seguridad. Las mejores fiestas de la época eran las de «Sonido Bestial», las de «El tren latino», de Mario Gamboa y Víctor Pedraza. Los pegadores de afiches iniciaban su trabajo desde la puerta de Clignancourt hasta la puerta de Orléans. Era la época del afichaje salvaje, no había cabina telefónica o pared que se salvara.

La historia de la salsa en París – Capítulo 2

Créditos : JOSE HENRIQUEZ

En una noche de fiesta de «Sonido Bestial «, un francés de origen español José Olivares, que más tarde sería reconocido como «José el loco de la salsa» se apasiona por esta música, por el calor y la alegría de sus gentes. José nos cuenta que el primer disco que compró fue uno del Gran Combo de Puerto Rico. Llegó a su casa y lo colocó en su platina de discos. No entendía lo que le acontecía, fue un encuentro irracional, un enamoramiento a primera vista, estaba feliz de descubrir ese sonido maravilloso. Al otro día, regresó a la casa disquera y se compró diez y al otro día diez más, al cabo de un mes ya tenía 200 discos. Esa música se le había metido en las venas, en sus tripas, no entendía lo que le pasaba. Los amigos de José le decían que tenía que conocer la ciudad de Cali en Colombia, que era la capital mundial de la salsa, que allí estaría en su medio natural. José armó maletas y se fue un diciembre a la feria de Cali. Cuenta que desde que llegó al aeropuerto el sonido de fondo era la salsa. Allí pudo ver todos los días las mejores orquestas de salsa, grandes bailarines. Pudo conocer de cerca la idiosincrasia del pueblo caleño y encontró sin quererlo el amor de su vida, una linda caleña, que lo acompañaría en su etapa salsera. Al regresar a París, decidió dedicarse completamente a la difusión de esta música que lo había vuelto loco, pero loco de felicidad. José fue Dj y presentador oficial de los grandes conciertos de salsa. Ánimo por muchos años el programa más popular de salsa en Paris, «Salsa Manía». Pasaba los domingos por la tarde en la radio TSF hasta las 21h.

La historia de la salsa en París – Capítulo 2

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Gerardo, un joven salsero de Cali, llegó a París en 1981. Traía en sus maletas la música de una nueva orquesta, «El grupo Niche». Gerardo era ese bravo que no come de ninguna, «Oye negro marimbo hay que buscar la forma de ser siempre diferente, la vida se ha vuelto un tira y jala y la mata infame se nos enmonta. Vengo del trópico, de la manigua, allí donde hay cariño y ternura. María Elena dile al parcero que aquí estoy yo, que de muerto no tengo na’, que el cielo está lleno de tambores»[2]. Gerardo fue el Dj más sensible y aguajero de 1981 a 1984. Sabía todo sobre la salsa. En una noche presagiosa de diciembre, Gerardo murió aplastado por un bus en el carrefour de l’Odéon.

Notas:
[1] « Son Soneo » de Cheo Feliciano
[2] Texto en homenaje a Gerardo, son referencias de temas salseros.

OCTAVIO CADAVID

OCTAVIO CADAVID

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