El arte es una manera de expresarse. Que sea una pincelada en una pintura, una nota en una partitura, un verso en un poema o un paso en un baile, el arte permite expresar emociones, vehicular mensajes, ideas y agrupar a las personas. Puede ser tanto ligero y entretenido, como político y comprometido.
La música contra la presión política

Artistas como Quilapayún, Inti-Illiman, Víctor Jara, Ana Tijoux utilizan el arte como una herramienta política. Los grupos Quilapayún e Inti-Illimani escribieron en 1970, la famosa canción El pueblo unido jamás será vencido. Se convirtió en un himno símbolo de unidad y de solidaridad para los chilenos durante la dictadura. Sin embargo, esta melodía traspasó las fronteras de Chile, para convertirse en una canción sinónima de libertad y de igualdad para todos los países oprimidos. Después del golpe de estado militar de Pinochet en 1973, tuvieron la obligación de exiliarse, uno a Francia, y el otro a Italia. Por su parte, Victor Jara, apoyó con su música la Unidad Popular, partido político de Salvador Allende, y cantó durante programas de lucha contra el fascismo y la guerra civil.
El rap, herramienta política contemporánea

Ana Tijoux es una cantante chilena contemporánea. Su canción No estamos solas que trata de las violencias de género y sexuales, fue utilizada como genérico de la serie chilena La Jauría que trata de los mismos temas. Utiliza el rap para expresarse y denunciar problemas políticos y sociales. Según ella, es un estilo musical popular, fácil de acceso, y que todo el mundo puede entender. Además, ya desde su creación por los afroamericanos, el rap promovía un discurso bastante comprometido.
“Ante el autoritarismo, el odio implacable al otro, volvemos al “arte”, con toda su fuerza. Un arte lleno de música y color. Un arte que encuentra respuesta en la danza, un movimiento organizado de bella rebeldía. Por eso decidimos hacer un álbum de baile. Creemos profundamente en que del dolor surge el más puro acto de amor y resistencia.”
– Ana Tijoux (cantadora e hija de exiliado.as de 1973) –
No solo artistas sino también activistas
Además de cantar canciones con letra comprometida, algunos artistas también son activistas. Por ejemplo, Quilapayún e Inti-Illimani se vieron obligados a exiliarse a Europa tras el golpe militar de derecha de 1973. Los miembros de Inti Illimani, a los que se prohibió residir en Chile, pasaron 15 años exiliados en Italia, mientras recorrían el mundo para que su mensaje de libertad sobreviviese. La música de Ana Tijoux también está impregnada por este contexto, ya que ella misma es hija de exiliados chilenos de 1973. Este compromiso puede adoptar formas extremas. Cuando Víctor Jara fue detenido en 1973, fue torturado y sus dedos fueron aplastados en público. Más tarde murió de 44 agujeros de bala. En un último acto de rebeldía, escribió el comienzo de un poema cuyo título es idéntico a su lugar de detención: “Estadio Chile“.
La batucada, la quena y la dimensión política de la elección de los instrumentos
La música puede contener un mensaje político a través de sus letras, del compromiso de su creadora, pero también de sus modalidades. Para ilustrar este argumento, tomaremos el ejemplo de las batucadas. La batucada es una forma de arte musical originaria del continente africano. Tras la fuerte inmigración africana en relación con la colonización, ese estilo se extendió a los demás países de América del Sur. Las batucadas son agrupaciones musicales que incluyen todos los estilos de percusión y se pueden escuchar a menudo en las protestas. En 2019, durante el Estallido social, se creó el himno de las manifestaciones del movimiento “Chile Despertó” con las batucadas.

La elección de los instrumentos utilizados también puede ser eminentemente política. Por ejemplo, Inti-Illimani utiliza frecuentemente en sus canciones la quena que es un instrumento tradicional andino. Por lo tanto, la música puede utilizarse para poner de relieve a las minorías culturales. Además, el nombre de la banda es una mezcla del quechua (“Inti”=sol) y del aymara (“Illimani”=nombre de una montaña sagrada boliviana).

Para concluir, se puede decir que la música comprometida es una forma de tradición en Chile desde 1973. Esta tradición se perpetúa tanto de forma personal y ligera por los artistas como de manera más formal, con un verdadero motivo político. Por fin, cabe señalar que los modos de difusión de esas músicas desempeñan también un papel sociopolítico muy importante.

DELORME Louise y PÉREZ Jade
estudiantes de tercer año en Sciences Po Grenoble
Bajo la dirección de Sonia BERRAKAMA, PRAG en español en Sciences Po Grenoble