Cuando llegas por primera vez a París, sientes una sensación de sueño cumplido y sobre todo cuando sabes que es para quedarte; pero el sueño solo comienza en ese momento.
Una amiga que vive en Francia desde hace muchos años me dijo; “los primeros 10 años son los más difíciles.” Esto lo cuento no para asustar a quien quiera venir, por el contrario, es importante llegar con los pies sobre la tierra. Lo duro no es el cambio de idioma, aunque es una muralla muy fuerte que hasta que no se sobrepase se está bloqueado en estudios, trabajos y relaciones. Cuando vamos en el metro y una voz habla por el altoparlante, comenzamos a mirar a los otros pasajeros para ver si nos bajamos o continuamos.
Lo más difícil para muchos Latinoamericanos es vivir aquí pero con el pensamiento allá. Es lógico tener apego a la tierrita, pero no hasta el punto de impedir integrarte y fundirte con el nuevo país que te recibe bien si tú lo aceptas. Es posible integrarse sin desintegrarse. Nuestra historia no la podemos borrar, pero el presente lo tenemos que vivir aquí como si hubiéramos nacido aquí. Cuando son las tres de la tarde y quiero comer, me encuentro que las cocinas de todos los restaurantes están cerradas y digo; “!pero en mi país podía comer a cualquier hora!”
Tu país es este ahora, y tienes que hacer la cola para comprar algo y pasar por las líneas blancas para atravesar las calles. Venimos de otro mundo, donde las líneas se diluyen constantemente y todo se encaja para que continúe. Aquí las fronteras están bien definidas, una cita es a las diez de la mañana y no a las diez y cinco. En América latina la cita es a las diez de la mañana pero puede ser de mañana o pasado mañana y todo se acomoda bien.
Todo puede ser difícil: el idioma, el clima, la vivienda, las relaciones, la comida, el transporte o todo puede ser fácil: el idioma, el clima, la vivienda, las relaciones, la comida, el transporte; todo es una actitud, de enriquecernos con los nuevos conocimientos que nos aporta esta cultura tan opuesta a la de donde nacimos.
Comenzamos la nueva vida con una desventaja, venimos de un país de tercer mundo, donde supuestamente tenemos menos conocimientos, pero rápidamente podemos invertir esa posición; rápidamente somos bilingües, lo que nos abre otras puertas. Los conocimientos son universales, las matemáticas, las ciencias o el deporte. Tenemos habilidades que podemos explorar y ponerlas al servicio de todos nosotros.
Roman Gómez
Director editorial El Café Latino