Parecen McGuevaras o Che Donalds…”, cantaba el músico argentino Kevin Johansen hace unos años aludiendo a los que llevan “la remerita del Che”. La icónica fotografía del revolucionario estampada en remeras para turistas, como la torre Eiffel, como el típico I<3NY.

El vaciamiento del sentido hasta la explosión transoceánica de todos sus píxeles. Ahora, en los últimos tiempos, la figura del más popular y legendario narco ha ocupado más de una ficción cuyo éxito a escala mundial me conduce inevitablemente a la siguiente inquietud: ¿por qué Pablo Escobar, tanto en la vida real como en sus representaciones ficticias, es universalmente más conocido que un Premio Nobel de Literatura de la envergadura de García Márquez?

Me consta que personas que no podrían ubicar América del Sur en un mapamundi, conocen a Escobar mejor que a su tío. He compartido mi “¡qué barbaridad!” con el Dr. Aiello, entrevistado desde la primera parte de estas reflexiones y nos ha aliviado el karma latino con estas palabras:
“No lo he verificado, pero sospecho que, en la plataforma Netflix, la serie sobre Pablo Escobar es mucho más vista que el documental dedicado a Gabriel García Márquez.

Supongo que eso puede explicarse por la espectacularidad de la figura de Escobar, plagada de excentricidades extraordinarias que han calado en los imaginarios… y en lo real concreto, si pensamos que hace poco la prensa informó sobre la sobrepoblación –con todas las consecuencias ambientales inherentes de los hipopótamos traídos por Escobar para una de sus propiedades. Además, los vínculos con el narcotráfico refuerzan ideas estereotipadas de Colombia, las cuales parecen prender con facilidad en el mercado del entretenimiento.

https://elcafelatino.org/es/america-latina-estereotipos-culturales-identidad-dinamitados/

Ahora bien, Escobar y García Márquez son personajes de ámbitos diversos, cuyas figuras se regulan por distintas dinámicas diferentes. Para intentar medir sus distintos impactos, es necesario contemplarlos con una mirada mucho más amplia en términos temporales.

En 2022, se cumplen 55 años de la primera edición de Cien años de soledad, que tuvo lugar en la editorial Sudamericana de Buenos Aires.

Pese al largo tiempo transcurrido, nadie puede poner en duda la vigencia de esta enorme novela, como tampoco la de otros grandes títulos del escritor colombiano. La permanencia se observa en su lugar inexorable en programas de estudio de literatura latinoamericana, pero también en la asiduidad de lectores y lectoras comunes (no profesionales).

Además, el impacto de esta obra sigue incidiendo en la literatura contemporánea. Por ejemplo, dentro del ámbito de las literaturas francófonas, textos de muy diversas procedencias traban vínculos claros con García Márquez, como la novela La vie et demie del congoleño Sony Labou Tansi o algunos libros de la francesa Véronique Ovaldé o el quebequense François Barcelo.

El estudio de Mariano Siskind, Deseos cosmopolitas, ofrece un vasto panorama, a partir de la noción de realismo mágico, sobre la presencia de García Márquez incluso en literaturas asiáticas.

“Con todo esto quiero decir que, aun cuando la popularidad de Escobar sea hoy mayor que la de García Márquez, es el escritor quien gana la partida en el largo plazo, porque su obra ha resistido fortalecida el paso del tiempo y todavía parece proyectarse en escrituras a escala planetaria.”

Con un poco más de calma sabiendo que el tiempo (a veces) lo arregla todo (o casi), podemos ahora trasladar nuestra ansiedad posmoderna de lleno al campo literario. ¿Existen estereotipos en torno a la literatura latinoamericana? ¿Por qué se conoce como ¨boom latinoamericano¨ un fenómeno producido en América Latina con ese término inglés tan significativo, se pregunta Julio Cortázar?

Es la única literatura que ha trascendido de nuestro continente? Tanto y tan poco sabemos de ese fenómeno que nuestro Cortázar explica bellamente: “Yo creo que el boom responde al azar, a ese azar que hace tan bien las cosas… en la Historia, lo hace mucho mejor que la lógica. En un momento histórico importante para AL, en que está dominada por un imperialismo que la quiere convertir en una factoría, en una colonia, pues que el azar haga que aparezcan cinco, seis, ocho excelentes escritores que lanzan un montón de libros y de golpe crean un estado de conciencia que abarca todo el continente…”(I)

América Latina: Entre identidades dinámicas y estereotipos dinamitados (segunda parte)

Ahora bien, dentro y fuera del ámbito universitario, ¿cuánto tiene que ver el manejo editorial del boom de los 60 con ciertos estereotipos que pueden subsistir en torno a la literatura latinoamericana?

Y por qué no hay escritores minoritarios que puedan considerarse dentro del boom? Frente a estos interrogantes, responde el Dr. Aiello : “Sí, el enorme éxito de mercado y de crítica que acompañó la obra de los escritores del boom (Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, entre otros) constituyó un impulso importante para las letras de América Latina, al tiempo que fijó ciertos motivos muy imitados hasta su saturación y agotamiento.

 De todos modos, el alcance del fenómeno no necesariamente se vincula con coincidencias estéticas, ni tampoco políticas. Basta ver en el penoso adalid de las derechas en que se ha convertido Vargas Llosa.

Sucede que, en buena medida, lo que se llama boom corresponde a ciertas transformaciones estéticas que renovaron la novela latinoamericana en la segunda mitad del siglo XX (la nueva novela hispanoamericana, la llamó Carlos Fuentes), pero sobre todo se vincula con una eficiente estrategia de mercado orquestada desde Barcelona, donde la mítica agente literaria Carmen Balcells abría paso a los escritores de nuestra región.

En mi opinión, hablar de escritores del boom pierde interés porque la mayor coincidencia se produce en el mundo mercantil del libro. Creo que pueden pensarse otras trayectorias lectoras más interesantes, como el ciclo de las novelas de dictadores, que incluye grandes textos como El otoño del patriarca de García Márquez, Yo el supremo de Augusto Roa Bastos o La fiesta del chivo de Vargas Llosa.”

Puede consultar la primera parte del artículo América Latina: entre identidades dinámicas y estereotipos dinamitados” haciendo clic en el siguiente enlace : Primera parte

I. Entrevista a Julio Cortázar por Soler Serrano, emitida en la TVE en el año 1977.

Paula Botta

Paula Botta

Autor del artícuo