© Ignacio Amenábar

En septiembre de 2022, la población chilena votó por el “no” al referendo sobre la primera propuesta de texto para la Nueva Constitución en Chile. Más del 61 por ciento de los chilenos y chilenas rechazaron el proyecto aunque representaba una respuesta a las reivindicaciones sociales expresadas por las masas populares en el Estadillo social de 2019.

Entre otras reivindicaciones, exigieron un acceso libre e igualitario a la educación y a la salud, el fin del mercado privatizado del agua y el respeto de los derechos de los pueblos nativos. La propuesta de Constitución proponía en su primer artículo reconocer a “Chile como un Estado social y democrático de derecho”, también reconocerlo como un Estado “plurinacional, intercultural y ecológico”. Además, el texto propuesto garantizaba “el derecho a la salud, a la educación, a la seguridad social basada en la universalidad y el derecho a vivir en un medio ambiente sano y sin contaminación” según el diario web El Ciudadano que resume los puntos importantes de la propuesta. 

En breve, era una Constitución que los especialistas consideran como vanguardista, que quería hacer de Chile un ejemplo progresista. La euforia de los últimos meses ante la votación sólo hizo más difícil la derrota de los partidos del “a favor”. Según ellos, rechazarla era un retroceso al pasado, una regresión inmensa después del Estallido social y del año de redacción de la propuesta. Casi tres años después del estallido, el metro sigue siendo caro, la constitución sigue siendo la de Pinochet.

Un voto a contracorriente de las movilizaciones populares

Según los politólogos especialistas, los problemas por los cuales los chilenos se movilizaron en 2019 siguen ahí. Varios de ellos recuerdan que el Estallido fue el que llevó al poder al nuevo presidente Boric, y al referendo de 2020 para iniciar un proceso constitucional. La inflación es de un 13 %, y el crecimiento económico está desacelerándose. 

Para la revista Forbes Chile, la situación no se mejorará en los próximos horizontes con las crisis actuales del país y del mundo. ¿Cómo explicar entonces este rechazo masivo del proyecto de Constitución?

Vencer a la adversidad en busca de un Chile progresista

© Ignacio Amenábar

Los analistas dicen que es importante tomar en cuenta la movilización eficaz del bando del rechazo en las redes sociales, difundiendo noticias falsas o exageradas sobre el proceso constitucional. La campaña del bando “a favor”, fue así dificultada porque sus actores debieron tomar tiempo para desacreditar esas mentiras. También, el impulso progresista de la propuesta como el respaldo del derecho al aborto, o el reconocimiento de los pueblos indígenas no son nada populares en los sectores menos progresistas de la sociedad, según el periódico El País. 

Pero finalmente, el rechazo de la nueva constitución también fue una manera para lxs chilenxs de expresar su desafío al nuevo presidente, su tasa de popularidad bajando hasta el 38 %, lo que corresponde a la proporción de votantes que aceptaron la propuesta según los estudios.

Un agua preciosa

La Constitución propuesta en septiembre pidió el fin de la privatización del aguaHace 13 años que el país está enfrentando una mega sequía. El 76 por ciento de los suelos chilenos están afectados por la sequía y la degradación y 110 acuíferos están sobreexplotados en Chile (Ministro de Obras Públicas, 2018). Además, 184 municipios están actualmente bajo orden de desabastecimiento y 400.000 familias reciben suministros de agua con camiones cisterna, lo que equivale al 15,4% de la población. Las empresas mineras y la agricultura son sectores responsables del uso masivo de agua.

Los desafíos de la movilización popular para un Chile progresista

Durante la dictadura de Pinochet, se establecieron varios dispositivos en relación con la explotación y la propiedad de los recursos naturales. Por ejemplo el Código del Agua que autorizaba a cualquier persona o empresa, nacional o extranjera, a solicitar al Estado el derecho al agua. 

El agua se convirtió entonces en un bien productivo, un valor de mercado, un valor de uso completamente desvinculado de la tierra. Entonces el mercado tiene la responsabilidad de gestor, el Estado solo es garante de su buen funcionamiento (Ministerio de Obras Públicas, Dirección General de Aguas).

El problema del agua provocó varios graves conflictos entre las industrias y la población en los que las comunidades se invisibilizan según un informe de Reuters por un relator de las Naciones Unidas sobre la cuestión del agua en Chile.

Con la propuesta de constitución, el agua se convertía de nuevo en un bien común que sirviera a todos, pero la realidad fue más dura. Habrá que esperar para que Chile tenga un modelo de constitución moderno e innovador. 

Auguste Rivoire, Gabriel Parazon et Carla Lorang

Auguste Rivoire, Gabriel Parazon et Carla Lorang

Estudiantes de tercer año en Sciences Po Grenoble

Bajo la dirección de Sonia Berrakama, profesora de español en Sciences PO Grenoble