© Eugene Zhyvchik

Escrito por Roman Gomez

La evolución no se ha detenido aunque creamos lo contrario. Nunca se ha detenido en millares de años, ¿por qué se iría a detener ahora?

 Lo que sucede es que son cambios tan imperceptibles que parece no suceder. Contrario a los cambios técnicos que los podemos ver, cambian continuamente  desde la aparición del ser humano en el planeta. Ya llegamos a Marte, pero no hemos encontrado la solución a los problemas terrestres.

¿Hacia dónde nos dirige la evolución? El ser humano a diferencia de sus hermanos los animales, tiene una conciencia de sí y puede razonar. Este razonamiento, lo lleva a anticipar los hechos, por ejemplo a buscar soluciones a problemas que aún no existen, pero el resultado de este razonamiento no nos ha llevado a una mejor calidad de vida para todos.

Vivimos aún en una edad infantil del razonamiento humano, a veces lo seguimos otras veces seguimos nuestra animalidad sin decidirnos a ser, a escoger qué queremos ser; animales racionales o animales.

Nos damos cuenta de algunas cosas básicas para sobrevivir pero todavía no logramos aprehender todo. Aún tenemos que imponernos reglas, por ejemplo todavía existen letreros que dicen “prohibido botar basura”, porque no tenemos conciencia de el por qué no lo debemos hacer. Otros se creen más evolucionados e inventan drones para matar desde la distancia. Somos niños sin educación. En esta etapa del razonamiento para poder evolucionar nos tenemos que educar a nosotros mismos, nada podemos esperar de afuera, si nosotros mismos no lo hemos logrado.

Los Apapachos

Si tenemos la razón, ¿para qué queremos la violencia? Estos son dos actos contradictorios que no pueden convivir al tiempo. La violencia se opone a la razón. Tenemos que aprender que somos animales racionales y no animales solamente. 

Roman GOMEZ

Roman GOMEZ