Nancy Murillo

Cuidado muchachos que por allí vienen los anormales.

París se despertó en el verano de 1984 con 20 grados a la sombra. Holber Chávez y Florencia Ferreira dos caleños cineastas y salseros, se organizaban en su estudio de la avenida Kleber, con cámara de súper ocho, trípode y una enorme grabadora recién salida al mercado. Ese día formarían la rumba en la explanada del Centre Georges Pompidou.

Albertico Hernández y yo seríamos los encargados de atraer con nuestro teatro callejero a la multitud de transeúntes y turistas que deambulan un poco perdidos en el sector, para que se acercaran a bailar.

Estábamos tristes por la muerte del Dj Gerardo, pero la vida es así,” el muerto al hoyo y el vivo al baile”. Para ese día habíamos prevenido a un dúo formidable, Rubén Dantas percusionista brasileño y al guitarrista Senegalés Senghor, para que nos dieran la mano, nosotros reuniríamos al público con el tema «Mi gente» de Johnny Pacheco y cantado por Héctor Lavoe. Ellos comenzarían a tocar como relevo, mientras tanto Holber filmaría el ambiente salsero.

Estas imágenes se proyectarían una semana después, en la súper rumba, en la sala de fiestas frente a la iglesia de Saint-Germain-des-Prés.

Los pegadores de afiches se alborotaban, inundando los lugares turísticos de París, el barrio Montparnasse, la plaza del Danton, el barrio Latino, las cabinas telefónicas, no había un espacio libre en un muro al que no le llegara la hora del afiche salsero.

El afichaje salvaje en París estaba prohibido.

La historia de la salsa en París – Capítulo 3

Célia Cruz y Roberto Burgos

El sábado, día de la fiesta los latinos y franceses, bien vestidos y perfumados, con sus zapatos negros y brillantes, hacían la fila, esperando el momento de que las puertas se abrieran. Al interior se había instalado una gran pantalla donde se proyectarían las imágenes filmadas de la fiesta callejera. Todo estaba listo, el bar estaba organizado, la caja de entrada igual, había 5 vigilantes de seguridad y el Dj «El diferente» iniciaba la rumba. El sonero mayor Ismael Rivera, el Gran Combo de Puerto Rico, la Sonora Ponceña, Fruko y sus Tesos eran el sonido en acetato que daba el golpe de calidad.

A la fiesta esa noche entrarían 510 personas. Lleno total.

La historia de la salsa en París – Capítulo 3

Changuito, Azuquita, Tata Güines, Alfredo Rodriguez y Franklin Veloz

La historia de la salsa en París – Capítulo 3

Octavio Cadavid y Alfredo de la FE mirando la revista Salsa Rumba

A las 3 de la mañana cuando la rumba estaba en su mejor calor, entraron a la fiesta un grupo de 15 chaquetas negras, franceses rapados, algunos tatuados y se instalaron a beber en el bar. Poco a poco estos individuos comenzaron a molestar a los que se acercaban a comprar una cerveza, a rozar y tocar a las muchachas, el clima se empezó a poner un poco tenso. A las 4 de la mañana se inició una batalla campal, todos contra los 15 chaquetas negras, estos se atrincheraron en el bar y fue la masacre. Los CRS llegaron en camiones armados hasta los dientes y después de un buen momento de pánico controlaron la situación. Las ambulancias y los médicos se encargaban de los heridos. Uno a uno fuimos siendo desalojados, revisados y un poco maltratados. Por muchos años se recordaría la fiesta de Saint-Germain-des-Prés.

Esta fue la primera fiesta donde la violencia perpetrada por las chaquetas negras, generaría un cambio total en la libertad de organizar una fiesta latina. A partir de allí se debería pedir un permiso 15 días antes a la comisaría de policía.

¡Que viva la salsa!

La historia de la salsa en París – Capítulo 3

Chucho Valdez y Jose Henriquez

Credito: Jose Henriquez

Octavio Cadavid

Octavio Cadavid

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