Cuando tener nada no te prohíbe mirar al cielo/ No tener nada, no significa que no puedas hacer nada

Laurent Cumin

De regreso a Francia luego de unas vacaciones totalmente diferentes en Colombia, recibí la noticia que confirmaba que Fundación niñas de Luz, había ganado el primer lugar a nivel nacional en un evento que exalta su trabajo con la niñez, concretamente con niñas en la ciudad de Bogotá capital de Colombia.

Al pensar en mis vacaciones, buscaba un tiempo tranquilo, con paisajes y culturas nuevas para mí, alejado de la rutina en la que a veces convertimos nuestra vida, cuando todo lo damos por hecho y en algunos casos se vuelven invisibles cosas básicas como tener donde dormir, que comer, tomar una ducha.

Al elegir Colombia, pensé en lugares diferentes, lejos de playa y del turismo común que no va más allá de la fotografía “emblemática” de la zona que estás visitando, quería una nueva experiencia más humana, definitivamente lo logré.

En Bogotá, tuve la oportunidad de visitar lugares cercanos, de realismo mágico, como una montaña a la que subes a más de 2.800 metros de altura quedándote casi sin aire para disfrutar de la vista de la ciudad, paisajes adornados de casas coloridas y miles de flores, o ver una catedral construida dentro de una mina de sal tan grande que te puedes perder dentro.

Niñas de luz: La búsqueda de un futuro deslumbrante

Para finalizar mi aventura, fui a visitar la Fundación Niñas de Luz, con quién había tomado contacto desde Francia antes de mi viaje. Los voluntarios describieron la Fundación como un lugar en donde la educación es la motivación de niñas y adolescentes de escasos recursos, vulneradas en sus derechos, enfrentadas a situaciones que jamás debieron vivir, y que ingresan a esta Organización con la esperanza de construir su mejor futuro.

La Fundación se encuentra en Ciudad Bolívar, una de las zonas más pobres de Bogotá, viven cerca de 700.000 personas y tiene una alta concentración de problemas diversos como, pobreza, salud y delincuencia de todo tipo. La elección de las niñas y adolescentes es difícil, se necesita mucho coraje y determinación para salir de los hábitos de vida de sus mayores, a quienes imitan. Durante mi recorrido a esta zona donde tendría mi primera experiencia como voluntario de la Fundación, observé la pobreza en todas sus expresiones, desde lo material hasta razones para vivir.

Al llegar a las instalaciones luego de un viaje en auto de casi dos horas, rodeado de títeres gigantes, me recibe un grupo de niñas y adolescentes, que me saludan como si me conocieran de hace mucho tiempo, sin filtros y de manera muy natural, me obsequian dulces dentro de un pocillo para tomar café, y aun cuando no gusto del café, el amor que sentí en sus miradas, me llevó a prometerme a mí mismo que lo llevaría a Francia y lo usaría para mi té.

Ayudé a subir y bajar equipos para sonido, y hablé con Avril, con Sharick, y otras niñas más que me decían que su sueño era conocer Francia, (luego entendí que, anteriormente existió un intercambio de cartas escritas a mano entre niñas y niños de Francia y las niñas de la Fundación). 

Confieso que por momentos no entendía lo que me decían las niñas, o de lo que hablaba los títeres gigantes, (mis compañeros de viaje) que interpretaron una obra de teatro, finalmente me fui con una gran sonrisa, no solo por los títeres que enseñan sobre la importancia de la política, también porque comprendí que, el idioma no es una barrera cuando de niños se trata.

Mi segunda experiencia como voluntario consistió en acompañar a las niñas y voluntarios a visitar la empresa Johnson & Johnson, que las invito a pasar un día en sus instalaciones. Para hablarles sobre finanzas, autoestima, empoderamiento, liderazgo y emprendimiento. Me sorprendió ver ejecutivos y ejecutivas de alto nivel dedicando parte de su tiempo a enseñar a estas niñas sobre temas que ellas disfrutaron y aprendieron de manera divertida. Una de las actividades de la Fundación, es llevar a las niñas a Empresas para que vivan la experiencia de lo que en un futuro ellas podrían llegar a ser.

Niñas de luz: La búsqueda de un futuro deslumbrante
Niñas de luz: La búsqueda de un futuro deslumbrante

Siento que el despertarme muy temprano, irme en transporte público, comer algo rápidamente, mojarme con la lluvia torrencial de Bogotá, fue algo mínimo frente a lo que las niñas hicieron para llegar a esta actividad. Participar en cada conferencia, observar cómo algunas niñas eran animadas por todos nosotros los voluntarios a perder el miedo por hablar en público, a no dejar su equipo solo, a trabajar unidas, y finalmente a lograr el resultado, fue otro de los regalos que me llevo en mi equipaje de la vida y que cuando lo recuerdo, me devuelve a la memoria los rostros de esas pequeñas soñadoras.

Esta fundación trabaja y promueve la autoconfianza y la autoestima como piedra angular donde, se sostiene el proyecto para que las niñas puedan abrir horizontes de vida que no sean la repetición de los síntomas negativos ya conocidos. La solidaridad, también se aprende en la Fundación y se orienta a la consolidación personal para contribuir a su comunidad, por esta razón las niñas te cuentan que donaron su cabello para que hagan pelucas para niños con cáncer, (sin importar que ese cabello sea su único bien material), o niñas que te cuentan que buscan donaciones de comida para animales abandonados, aun cuando en muchas ocasiones ellas mismas no tienen que comer.

Las niñas siguen un programa escolar normal, las instalaciones que alquila la fundación las hace sentir seguras, les sirve de lugar de trabajo para sus deberes y crear sus proyectos. Cuenta con instalaciones informáticas adecuadas, biblioteca, salas de reuniones y espacios recreativos.

Los voluntarios colombianos, o de otro país como Estados Unidos y Francia, imparten cursos en grupo, virtuales y presenciales, sobre temas como ciudadanía, política, ciencia, música, arte, idiomas, entre otros. 

El conjunto de cursos de formación se enriquece con nuevos temas a medida que empresarios, científicos, artistas, gente como tú o como yo, ceden parte de su tiempo, para contarles desde su experiencia y ejemplo, cómo han logrado alcanzar sus metas y ser lo que hoy en día son.

Niñas de luz: La búsqueda de un futuro deslumbrante

Los talleres y visitas a museos, teatros, empresas, son lúdicos, se crean espectáculos con las marionetas tratan temas sociales, culturales o políticos desarrollados en el seno de la fundación. Y lo más positivo, es que ¡este proyecto de acción participativa funciona!, y muy bien. El principio que sostiene a Niñas de Luz se basa en el voluntariado, la asistencia y compromiso de las niñas y los voluntarios. El “empoderamiento” es la clave del éxito, para que cada cual pueda tomar las riendas de su destino, ganando confianza en sí mismo sin olvidar el contexto comunitario y social que lo hace posible.

La fundación busca mentores, con el objetivo de que cada niña pueda apoyarse en un adulto y sentirse respaldada, guiada en sus decisiones, su medio de comunicación es “Whatsapp” en donde comparten mensajes de vez en cuando. 

También buscan padrinos que quieran ayudar a las niñas a cubrir sus necesidades alimentarias básicas, permitiéndoles disponer de bolígrafos, cuadernos y otros útiles escolares, o simplemente dándoles acceso a Internet. Y luego, si hay un regalo de Navidad bajo el árbol que se eleva con la estrella en su punta, la fiesta es más bonita.

La Fundación ha evolucionado y crecido desde su creación en 2013, ha recibido reconocimientos nacionales e internacionales, esto le ha permitido ir más allá de los suburbios de Bogotá. Ahora cuenta con otra sede en el oeste de Colombia, en la región del Chocó, en Puerto Echeverry donde cerca de 300 niños se benefician del apoyo material, humano y tienen la esperanza de tener un padrino un día.

Amor, solidaridad, integración y tolerancia son los valores fundacionales de este proyecto asociativo, cooperativo que promueve entre las niñas el bien común, el cuidado y atención del otro, porque ellas son las futuras mujeres que podrán continuar con la construcción de un mejor mundo para todos.

Agradecimiento de una de las niñas de luz

Mis vacaciones fueron diferentes, tengo algo más fuerte para compartir, y en este momento algo para escribir, sin esperar nada a cambio, celebré ese reconocimiento recibido por la Fundación y aprendí que “No tener nada, no significa que no puedas hacer nada”, eso es lo que hacen las niñas de la Fundación niñas de Luz, de la nada hacer tanto por ellas y por otros.

¡Buena suerte y todo nuestro apoyo al proyecto de Niñas de Luz!

 

Para más informaciones y para canalizar vuestro apoyo, puede consultar en el sitio de web de la Asociación Niñas de Luz www.funiluz.org

Laurent Cumin

Laurent Cumin

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