Desde su publicación en 1967, la novela «Cien años de Soledad» de Gabriel García Márquez nunca paró de fascinar a sus lectores internacionales, por su originalidad y la pertinencia de su representación de los problemas sociopolíticos del país.
La historia se desarrolla en la ciudad ficticia de Macondo en Colombia. Narrando cien años de vida, el relato empieza con la fundación del pueblo, pasa por su desarrollo económico y su apertura al mundo exterior, y concluye con su destrucción trágica.
La familia Buendía, que fundó a Macondo, se encuentra en el centro de la historia, sucediéndose a lo largo de siete generaciones. A pesar de algunas variaciones, todos comparten impresionantes similitudes, desde sus nombres que son muy parecidos de generación en generación, sus personalidades, tal y como sus experiencias trágicas de vida. A fin de cuentas, aunque la novela trata de cien años de historia, y de la vida de más de cien personajes, el destino trágico de los Buendía se repite constantemente y, por ende, parece ser inevitable.
Gabriel García Márquez
Además, los elementos mágicos de la novela acentúan esta fatalidad. Por ejemplo, una peste del insomnio afectó al pueblo después de la violenta represión del ejército en contra de los trabajadores de la platanera, quienes estaban en huelga. Esta enfermedad borró la memoria de los habitantes, que olvidaron hasta quienes eran y lo que querían. A causa de esta pérdida, se conformaron con seguir los órdenes de sus jefes, actuando como maquinas dedicadas ser explotadas. Cuatro años y once meses de lluvia continua siguieron este evento, lo cual sugiere que un cambio total del pueblo era la única manera de purgarlo de todos sus sufrimientos para volver a empezar desde cero. Después de ello, Macondo quedó completamente abandonado y en ruinas. Años después, un descendiente lejano de los Buendía volvió al pueblo, y descubrió un manuscrito que poseía la familia desde el principio de la novela. Leyéndolo, él notó que este documento predecía todos los eventos del relato familiar. La destrucción total del pueblo aconteció justo cuando Aureliano Babilonia leía la última frase de la vieja hoja, anunciando la llegada de vientos violentos.
© Sergio Garibay – Gabriel García Márquez
La historia, trágica y excéntrica a la vez, resuena con la experiencia de Colombia. Los temas planteados por García Márquez pintan un escenario de instabilidad perpetua, y critican una tendencia al olvido en el país, lo que genera una repetición sin fin de los mismos dramas. Hace referencia a varios eventos históricos de su país. La guerra civil entre los Conservadores y los Liberales, llamada La Violencia, que tuvo lugar entre 1948 y 1958, fue transcrita en el relato como una guerra de veinte años entre los mismos partidos políticos. Del mismo modo, la masacre de las bananeras en el libro corresponde a una masacre del mismo nombre del ejército colombiano en contra de los huelguistas de la United Fruit Company que aconteció el 6 de diciembre de 1928 en la ciudad de Ciénaga, la cual el autor vio con sus propios ojos. Al igual que en la novela, este acontecimiento se quedó en el olvido, aunque tres cientos mil trabajadores murieron este día. Así, el escritor arroja luz sobre los problemas crónicos que existen en Colombia. Con ello, denuncia el colonialismo económico, y la intervención extranjera que desestabilizan el país. El ejemplo de Macondo muestra que su apertura hacia la exterior crea más conflictos. Entre más la bananera se instalaba, menos independencia tenían los habitantes. Por eso, cuando la lluvia cayó sobre el pueblo, lo cual hizo imposible la actividad económica de las bananeras, Macondo fue abandonado.
En suma, «Cien años de soledad» es una obra magistral que, gracias al realismo mágico, logra mezclar la magia con lo real, cuestionando así nuestra percepción de lo ordinario y lo extraordinario. De esta manera, la novela ofrece a la vez una reflexión profunda sobre la historia y los desafíos de Colombia.
Emeline Rateau