© Juan Ignacio Orúe
Sciammarella Tango: Buenos Aires y París, unidos por milongueras
Siete mujeres, de seis países y tres continentes conforman Sciammarella Tango, una orquesta cosmopolita y multicultural. Tiene tres discos editados desde 2013 y cuenta en su repertorio con tangos franco-argentinos.
Sobre el escenario, un viaje sonoro y bilingüe, una postal colorida de nacionalidades que ilumina la noche de Buenos Aires: se oyen tangos en español, en francés, en italiano, por una agrupación de mujeres de seis países y tres continentes. Los versos de Madame Ivonne o Luces de París brotan de la voz de Denise Sciammarella, la cantante argentina que lidera Sciammarella Tango.
Cindy Harcha (Chile, dirección y bandoneón), Geraldina Carnicina (Argentina, contrabajo), Hanel Yeon (Corea del sur, bandoneón y piano), Cecilia Florencia García (Argentina, violín), Mariana Atamás (Ucrania, violín) y Shino Ohnaga (Japón, piano), junto a Denise forman actualmente este septeto dedicado al rescate de tangos perdidos.
El grupo se formó en 2013, en el aniversario del fallecimiento de Rodolfo Sciammarella (1902-1973), prolífico autor y compositor de tangos, con quien Denise comparte el apellido y el origen familiar. “Por ese motivo la Academia Nacional del Tango nos convocó para musicalizar el evento. Allí debutamos como quinteto. Presentamos algunos de sus tangos célebres y también dos inéditos”, recuerda Denise. “Comenzamos con los tangos de Sciammarella que no registran grabaciones previas y también abordamos algunos tangos que llamamos franco-argentinos, como Mimi Bohème, la versión en francés que data de 1909 del célebre tango “La Morocha”.
La orquesta se caracteriza por su marca de calidad. La formación reúne mujeres que provienen de las mejores orquestas de tango de Buenos Aires: Selección Nacional de Tango, Orquesta Emilio Balcarce y Sinfónica Nacional.
© Juan Ignacio Orúe
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En 2015 Sciammarella Tango se presentó en el Festival Internacional de Tarbes (Francia). Hizo versiones bilingües de clásicos como Comme il faut o Mañanitas de Montmartre; además, homenajeó a Gardel a los pies de la estatua que se conserva en el Dépot d’Oeuvres d’Arts de la Ville de Paris, en la localidad suburbana de Ivry-sur-Seine.
“La experiencia de Francia fue muy especial, la gente fue muy cálida; pudimos disfrutar de cada nota que tocamos, y de cada tango que compartimos. Fue nuestra primera gira oficial a Francia”, dice Harcha.
Luego de Sciammarella Tango y Tangos Franco-Argentinos, en 2020 editaron A Villoldo, un disco que rescata la figura de Ángel Villoldo, considerado uno de los compositores más exitosos de la primera época del tango a principios del siglo XX. El disco ofrece una mirada desconocida sobre “el padre del tango”, al incluir la versión en francés de “El Choclo” que data de 1912 y que fue rescatada de los archivos de la Bibliothèque Nationale de France.
“La letra es anterior a la que cantamos todos, que es de 1947. Habla de una mujer embarazada, a punto de dar a luz, que aun así elige desafiar las costumbres e ir a bailar tango”, apunta Denise.
Sciammarella Tango sigue una línea que rescata el patrimonio inmaterial de distintas culturas, una seña de identidad que la caracteriza. El álbum incluye una canción “feminista” con letra en francés de Denise y música de Juan Falú. La milonga, llamada Comme Il faut pas, se enmarca en la impronta de la defensa de la mujer independiente que tenía Villoldo en los albores del género.
Mientras espera retornar a Europa, la orquesta define su cuarta placa, un homenaje a Benito Quinquela Martín, que ha representado en su obra al popular barrio porteño de la Boca. El director del museo homónimo, Víctor Fernández, le confió a Sciammarella Tango las partituras de las obras conservadas en biblioratos, con tangos y milongas compuestas por contemporáneos del pintor que nunca llegaron a estrenarse. “Nuestros tangos mezclan épocas, idiomas, marginalidad e historias de migrantes”, considera la cantante.
Juan Ignacio Orúe
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