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En las calles de Bolivia y de algunas ciudades francesas, el arte callejero y el grafiti trascienden su papel de simples decoraciones murales para convertirse en voces poderosas que cuentan historias y relatos. Sin embargo, más allá de su potencial expresivo, estas formas de arte urbano plantean cuestiones fundamentales sobre su naturaleza estética y su relación con el compromiso social. A través de los testimonios del artista boliviano Ismaël Arcani, y l’artista francés Cart’1, exploraremos los matices y las dinámicas que modelan estas formas de expresión urbana, oscilando entre la estética pura y la conciencia social.
Ismaël Arcani y Cart’1 han tomado caminos distintos para llegar a sus respectivas pasiones por el arte callejero y el graffiti. Ismaël, formado en Bellas Artes, ha desarrollado un estilo personal sobre formatos grandes, llevando su arte a la calle para representar al pueblo boliviano. Cart’1, desde muy joven, se dejó seducir por el grafiti, atraído por el movimiento hip-hop, el aspecto rebelde y la libertad de expresión oferta por esta forma de arte urbano.
© Massimo Groppi
Definir el arte callejero y el grafiti: matices y percepciones
Según Ismaël Arcani, el grafiti es un lenguaje más tradicional y espontáneo, basado en las letras, mientras que el arte callejero es más planificado, con un estudio de la forma, del dibujo y de la composición: un concepto más elaborado. Cart’1 subraya que el grafiti es el arte de la letra, asociado con un estilo de vida centrado en el vandalismo y la libertad de pintar en las paredes. El arte callejero engloba el muralismo y los grandes frescos legales. Es difícil hablar de un único movimiento, ya que las técnicas, enfoques y percepciones diferentes de esta forma de arte son numerosas.
El arte urbano como reflejo de realidades culturales
Sin embargo, a pesar de sus orígenes diferentes, ambos artistas comparten una visión común del papel desempeñado por su arte para enriquecer el tejido urbano. Para Ismaël, el arte callejero y el grafiti son un medio privilegiado para moldear una estética artística establecida en las realidades culturales de un país. Por eso insiste en la importancia crucial de seguir desarrollando una estética y un movimiento artístico boliviano, poniendo un énfasis en resaltar las cuestiones y temáticas indígenas a través de un lenguaje visual auténtico y propio del muralismo local. Para Cart’1, el arte urbano es mucho más que un simple medio de expresión visual. Es un verdadero catalizador de diálogo intercultural, que permite a cada artista contribuir a una narrativa colectiva en constante evolución. Lejos de intentar imponer un mensaje unívoco, Cart’1 celebra al contrario la diversidad de perspectivas y técnicas, negándose a confinar este movimiento proteico a una única dominación reductora.
El eterno debate: ¿el arte por el arte o el compromiso social?
Sin embargo, queda una pregunta clave: ¿hasta qué punto estas prácticas artísticas pueden realmente provocar un cambio social o político? Ismaël subraya que su obra no pretende necesariamente tener un impacto en la sociedad, pero que está inevitablemente influida por las realidades sociales y culturales de su país. Cart’1 reconoce que el arte urbano puede ser un medio de expresión política, pero que algunos artistas no lo ven así y se centran más en el aspecto estético.
Esta tensión entre la estética y el compromiso social está en el centro de los debates en torno al arte callejero y el grafiti. Por un lado, estas formas de arte ofrecen una plataforma para ampliar los límites de la creatividad y explorar nuevas técnicas, como hace por ejemplo Cart’1 en su festival Peinture Fraiche utilizando la realidad aumentada. Por otro lado, pueden servir de catalizador para importantes debates sobre cuestiones sociales y societales, como lo demuestra el trabajo de Ismaël sobre la apropiación cultural de las cholitas, mujeres bolivianas del Altiplano que perpetúan el emblemático estilo de vestir de la tradición aymara.
© Massimo Groppi
La búsqueda del equilibrio entre forma y fondo
Sin embargo, a pesar de estas diferencias de enfoque, los dos artistas comparten un punto en común esencial: su amor por la estética y la creación. Ismaël hace hincapié en la importancia del estudio de la forma, del dibujo y de la composición en su obra, mientras que Cart’1 se inspira en la mitología grecorromana y en la libertad de expresión que ofrecen las diferentes técnicas para crear sus obras. Para ellos, el arte callejero y el grafiti no son sólo herramientas políticas, sino también formas de explorar su creatividad y ampliar los límites de su arte.
A medida que el arte callejero y el grafiti siguen evolucionando, artistas como Ismaël Arcani y Cart’1 se encuentran en el cruce de la estética y del compromiso social. Su reto consistirá en encontrar un equilibrio entre estos dos aspectos, utilizando su arte para suscitar reflexiones mientras que preservan su integridad creativa. Porque, al final, quizás sea en esta tensión donde reside el verdadero poder del arte callejero y del grafiti: un puente entre la expresión personal y la conciencia colectiva, un medio de transformar las paredes de las ciudades en telas vivas que cuenten las historias de nuestras sociedades, sus realidades, sus retos.

Massimo GROPPI, Pauline FERNANDEZ
Alianza Francesa de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia